La creatividad no es más que la capacidad de creación (no lo digo yo, lo dice la RAE), pero la asociamos mucho a la capacidad de imaginación. Cuando decimos que una persona es creativa, normalmente nos referimos a que tiene mucha capacidad para hacer algo bonito, para sorprendernos con algo o para resolver un problema. En definitiva, una persona creativa es aquella a la que se le ocurren cosas que a las demás no se le ocurrirían.
La creatividad existe. Y algunas personas son más creativas que otras, igual que unas personas cocinan mejor que otras. Esto me parece importante porque con este post pretendo ayudarte a cómo ser más creativa que tú misma ayer, hace una semana o dos años. Cómo ser más creativa con el tiempo. Pero a lo mejor nunca puedes ser más creativa que alguna persona que tengas en mente. Y no pasa nada. Sería como no conseguir una medalla, pero batir tu propio récord.
Vamos allá.
7 claves para ser más creativa:
Descansa.
Este punto lo pongo el primero porque suele ser la causa principal de sequía creativa. Muchas veces no nos sentimos capaces de seguir con nuestra tarea creativa porque estamos agotadas. Las artes son un trabajo, sí, o pueden llegar a serlo, pero no nos engañemos: no son como otro trabajo. No es como preparar una clase para darla delante de treinta alumnos ni como tener cuatro informes listos antes de terminar tu jornada o dar de alta un cliente en una plataforma. Para que la creatividad fluya, el órgano más importante es el cerebro (para todo, en realidad).
A veces es mejor no agotarnos haciendo un sprint continuo, porque lo más probable es que acabes quemada de lo que sea que estés haciendo. Es más razonable recoger una habitación de la casa cada día, hacer un poco cada vez, que itentar tenerla como los chorros del oro en una mañana. Igual puedes conseguirlo, pero lo más probable es que acabes harta de ella y la próxima vez que te toque hacer lo mismo pienses en mudarte antes de acceder.
El problema es que las cosas creativas que hacemos nos gustan. Descansar es difícil. Pienso «jope, cómo me gusta escribir, voy a pasar toda la mañana escribiendo». Y como la primera mañana la disfruto, la segunda puede que también, pruebo una tercera y ya noto que la cosa no funciona como antes, que algo está mal.
¿Qué será?
Te has agotado.
Mucha gente tiene ya muy claro que las ramas laborales artísticas existen, pero que como todo trabajo requiere un descanso. Una profesora no está todas las horas de la mañana dando clase (prepara materiales, lecciones, corrige, examina…) y una escritora no está todo el tiempo escribiendo (corrige, se documenta, planifica, está en redes sociales…). No te quemes. No hace falta.
Inspírate.
A veces nos metemos tanto en nuestro proyecto creativo que se nos olvida cómo se hacen las demás cosas. Me explico. A mí hay una cosa que me pasa bastante al escribir, sobre todo porque escribo fantasía. Cuando estoy inmersa en una historia de fantasía, me meto tanto en la creación del mundo y en la trama que me dejo atrás los personajes. Eso no quiere decir que no los desarrolle, sino que se me olvida que también hacen cosas mundanas de personas. Cuando escribo fantasía y leo contemporánea, por ejemplo, veo a los personajes dándose una ducha relajante, disfrutando de una bebida o simplemente charlando de cosas sin más. Entonces siempre me salgo de la lectura y pienso: «¿cuánto llevan mis personajes sin hacer esto?».
La respuesta, casi siempre, suele ser que mucho.
Se me olvida que los personajes no viven solo una trama sino también sus vidas, se me olvida que las escenas de transicción existen y, si por lo que sea las recuerdo, no sé qué se suele poner en ellas. De hecho, las pocas veces que escaleto suelo poner en estos momentos «relleno» o «transición» para saber que ahí hay una pausa.
Muchas personas que escriben dicen que no leen si tienen una novela cocinándose para no caer en plagios sin querer, bien sea de estilo o de trama. Yo no estoy muy de acuerdo, necesito nutrirme mientras creo. Aunque la inspiración no se encuentra solo en otros medios artísticos sino también en cosas tan sencillas como:
Cambia de aires.
No hace falta que te mudes de ciudad o que cambies de pareja. Simplemente prueba a hacer cosas diferentes: experimenta con ese plato de comida que te ha salido en instagram pero que no sabes si te va a gustar. Ve a trabajar por otro camino o cambia de supermercado.
¿Por qué?
Muy sencillo.
Los estímulos nuevos activan nuevas rutas neuronales en nuestro cerebro.
Seguro que alguna vez te ha pasado que tienes un ruido de fondo y al cabo de un rato ya ni lo escuchas a menos que le prestes atención. Puedes probar con un ruido blanco de youtube. También pasa con los olores; empiezas a cocinar y pierdes el olfato porque te has ido acostumbrando poco a poco al cambio. De repente llega alguien y sabe a ciencia cierta qué has cocinado.
Simplemente cambiar tu lugar para crear te puede llevar a otros puertos.
Tenemos que dejar de acostumbrarnos a nuestro entorno. Nuevos estímulos nos lleva a nuevas situaciones y a ver cosas de otra manera. Eso nos lleva a:
Sal a la calle
Si pudieras viajar, viaja (aplicable a cualquier momento), pero no siempre es asequible (sobre todo porque ser artista y pobre son dos cosas que van normalmente de la mano). Por el mismo motivo que hemos comentado en el punto anterior, a veces estamos tan obnubilados por lo que ya conocemos que nos perdemos en lo que tenemos alrededor. ¿No te pasa? De repente viene alguien que no es un local a la zona y le ves echándole una foto al punto más aleatorio del barrio.
Adelante, mira el mundo con otros ojos. Mira el mundo. Deja el móvil en casa y sal. Ve a zonas que no conocías o que nunca te habías parado a mirar (no te pongas en peligro). El arte se crea en casa, sí, pero empieza mucho antes. Empieza fuera, en todas partes. Tómate esos descansos de los que hemos hablado antes para salir a la calle, dar un paseo, hacer otras cosas.
Usa generadores de ideas
Si has llegado hasta aquí probablemente este punto y el siguiente es lo que venías buscando. Sí, sí, vale, vale, pero déjate de milongas y cuéntame algo que me sirva (entendiendo que me sirva como algo que te puede dar una solución en un breve período de tiempo).
Y está bien, no me malinterpretes, pero también puede pasar factura. Sería, más o menos, como empezar la casa por el tejado.
Pero vayamos al grano: generadores de ideas.
En internet hay mil. Aquí te dejo uno. Esto funciona muy fácil: haces un par de clics y la web te da una trama. Puedes hacer clic indefinidamente hasta que des con una trama que te guste y que quieras usar. Luego le das a las teclas.
Voy a ir un pasito más allá. En su momento, me hice una libretita generadora de ideas. ¿Cómo es esto? Pues he hecho los típicos posts de instagram, twitter, x que te dice: coge un número, un color y un outfit y encuentra la trama para tu próxima novela (te dejo este ejemplo), solo que sin requisitos, simplemente con números del 1 al que llegue. Tengo varias categorías: personajes, tramas, conflictos, desenlaces, ambientación, adjetivos… Si quieres que te la enseñe en profundidad me lo puedes dejar en un comentario.
El caso es que, cuando no tengo, por ejemplo, una característica para definir mi personaje, tiro de esta libreta. Cuando necesito un conflicto, tiro de ella. Y lo bueno es que puedes poner lo más disparatado que se te ocurra, porque el ejercicio está precisamente ahí y me lleva a:
Ponte un reto breve
Los proyectos creativos suelen llevar tanto tiempo que muchas veces lo que tenemos no es falta de creatividad, sino desmotivación. Los pensamientos intrusivos de que no somos tan buenas en esto o de que no merece la pena empiezan a invadirnos.
Así que gamifícate.
Vamos a ver, ¿qué hacen los videojuegos para mantenerte enganchado?
Primero te dan las tareas más fáciles.
Te voy a poner un ejemplo muy concreto porque hace poco empecé a jugar al FIFA (esa no te la esperabas, ¿eh?). Por supuesto, al principio ganaba de goleada, pero la cosa se ha ido poniendo más difícil hasta que ha llegado un nivel que no puedo pasarme: ganar a mi marido.
Yo no entiendo mucho de fútbol, no entendía lo que era un fuera de juego hasta hace prácticamente nada. Sabía lo básico y las normas que todos conocemos por ser un deporte tan presente en nuestras vidas. Pero eso no basta para jugarlo, ni siquiera en el FIFA.
Total, que mi marido, a base de ensayo y error, en relativamente poco tiempo ha sido capaz de pillar los controles y las estrategias de juego. Yo he tenido que recurrir a los entrenamientos específicos que pone el juego para que todo el mundo pueda aprender y no quieras devolverlo en dos días: los entrenamientos. Hay cuatro o cinco y cuando terminas tienes que cumplir una serie de objetivos que también crecen en dificultad: al principio solo tienes que hacer pases y entradas, luego tendrás que regatear, desmarcarte y marcar goles.
Tú con tu creatividad tienes que hacer lo mismo.
Desbloquéate demostrándote que no se te da mal. Ponte una tarea que puedas terminar en una tarde, un día o un fin de semana, de la que veas resultados pronto (por favor, que no sea un microrrelato de cinco palabras porque no por ser breve es menos difícil). Usa una estructura sencilla de planteamiento, nudo, desenlace, sin subtramas. Un protagonista tiene un problema, lo resuelve (o no) y se acaba con una conclusión.
Disemina tu creatividad.
Me gusta dibujar y pintar, pero se me da soberanamente mal. Me refiero a que me cuesta mucho crear algo plenamente inventado por mí. Puedo dibujar una manzana, una taza, incluso una persona, aunque esta no sea cien por cien fiel a mi imaginación. Pero no me encontrarás buscando en internet «cómo ser más creativa» y metiéndome en una web gemela de esta pero hablando sobre dibujo en lugar de escritura.
Porque no ser tan buena en pintura me da más igual. Es un hobby, no algo que pretendo profesionalizar como la escritura. Para mí (y para ti si estás leyendo esto) quedarme sin ideas para escribir es una pesadilla.
Tener otras aficiones artísticas y creativas puede ayudarte a ejercitar el músculo de la creatividad. Dibuja sin pensar, compón aunque suene fatal, teje aunque quede una cosa amorfa, prueba la arcilla, la cocina, la fotografía. En definitiva: disfruta de otras formas de explorar tu creatividad que no te supongan presión.
Sígueme en tu red social favorita para no perderte nada
Te puede interesar:
-
Cómo ser más creativa en escritura.
La creatividad existe. Y algunas personas son más creativas que otras, igual que unas personas cocinan mejor que otras. Esto me parece importante porque con este post pretendo ayudarte a cómo ser más creativa que tú misma ayer, hace una semana o dos años. Cómo ser más creativa con el tiempo. Pero a lo mejor…
-
Los libros de Blackwater y el «show, don’t tell»
No soy la mayor fan del recurso de show don’t tell o muestra, no cuentes. Pero después de leer los libros de Blackwater creo que me va a tocar tragarme mis palabras
-
Cursos de escritura que recomiendo
¿Quieres empezar a formarte en escritura y no sabes cómo? Aquí te dejo mis cursos de escritura más recomendados.
-
Amarilla y el narrador no fiable
El narrador no fiable es alguien, de quien, por diferentes motivos, no nos podemos fiar.
-
¿Por qué no podemos parar de corregir una novela?
¿Qué es lo que hace que la corrección de una novela se alargue tanto? ¿Por qué nunca parece estar perfecta?
-
8 autoras españolas para leer el 8M
8 autoras españolas que deberías leer.
Deja una respuesta