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5 cosas que sí puedes planificar siendo brújula.

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Lanzarse a escribir una novela a la aventura (aunque no es eso lo que hacemos los escritores brújula) es algo arriesgado por una sencilla razón: las posibilidades de que no sepas cómo seguir son altas.

Para mí, el grado de planificación varía mucho del tipo de novela que vaya a escribir. Por ejemplo, cuando escribo contemporánea (el proyecto muérdago) o una fantasía con niveles muy pequeños de creación de mundo (Witchypop), me dejo llevar. Ahora, sin embargo, tengo entre manos una historia de fantasía algo más compleja y sé que necesito tener claros muuuuchos conceptos antes de ponerme a ella, por lo que planifico mucho más para intentar no bloquearme.

Antes me consideraba cien por cien brújula, aunque planificase un poco. Ahora, lo cierto es que sé que dependo del proyecto. El proyecto Pheeva y el proyecto UMU me han llevado a planificar bastante más, aunque aún así me dejo llevar bastante entre punto y punto. Saber mi forma de trabajar me ha llevado bastante tiempo y muchas horas de escritura. Lo importante es saber qué es lo que te funciona a ti.

Cosas que puedes planificar siendo brújula para evitar tirar el manuscrito por la ventana.

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El giro argumental

Sea cual sea la novela que escribas, tendrá un giro. Algunos que se verán venir, otros que no… Puede que incluso tengas varios a lo largo de la historia. Cuando escribí una novela romántica, una de las cosas que quise tener claras fue el cómo y el por qué la pareja se iba a pelear o a romper antes del final feliz. El viaje hasta allí fue completamente improvisado.

Los giros argumentales no tienen por qué ser de ciento ochenta grados, ni siquiera de noventa. Pueden ser de cuarenta y cinco y que altere la vida del protagonista lo mínimo. Por ejemplo puede ser: una pelea con una amiga, una traición, una muerte, un despido…

Puede ser importante que, si vas a escribir más de una novela con la misma historia, lo tengas en cuenta y valores plantearte incluso giros futuros.

La ambientación

Sobre todo si no lo vas a ambientar en algo tan conocido y natural para ti como es tu ciudad, tu país o tu época. Especialmente si tienes pensado escribir sobre una época pasada, puede ser buena idea que eches un vistazo a lo que había y no había entonces: tanto a nivel tecnológico como expresiones e incluso alimentos si nos remontamos muy atrás (o si es de una cultura diferente a la nuestra).

Los personajes.

Me pasa que no termino de conocer a los personajes hasta que no llevo varias páginas escritas de la novela. Sin embargo, me he dado cuenta de que, si quiero que tengan una cualidad en particular, puedo hacerlo y preparar al personaje para que sea así desde el principio. Por ejemplo, normalmente no conozco tanto a los personajes como para saber qué bebida se tomarían en una cafetería, pero sí que son tozudos, o torpes, o valientes, o con un alto sentido de la responsabilidad. Escojo una característica y a partir de ahí puedo desarrollarlos con coherencia (lo que me hace tener que corregir menos después.

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Eje cronológico

O una escaleta basiquísima. Consiste en poner en orden más o menos los hechos. Cuando nos ponemos a escribir una novela tenemos claras algunas escenas. Poniéndolas en orden (no hay por qué añadir fecha y hora, con ordenarlas unas antes que otras puede ser suficiente) tendremos más fácilmente un esquema visual de lo que va a pasar. Los conceptos pueden ser tan simples como:

  1. Se conocen.
  2. Primera cita.
  3. Su amiga le dice que no se fíe.
  4. Segunda cita.
  5. Se pelea con la amiga.
  6. Se pelea con su cita.
  7. La amiga tenía razón.
  8. Fin.

Lo bueno de este eje es que se hace fácilmente y se puede ir rellenando con la misma facilidad. Incluso puedes abrir un word con esta premisa ahora mismo, dividirlo en ocho partes e ir escribiendo cada una en el orden que prefieras.

Algunas escenas.

Seamos claros: cuando nos ponemos a pensar en una historia siempre tenemos alguna escena clara desde el principio, algunas que incluso nos morimos por escribir. ¿Por qué no escribirla ya? Así, además de tener un punto al que ir, tendrás algunos datos: dónde transcurre esa escena (y por tanto a dónde tienen que llegar), los personajes que hay implicados (y podrás ir conociendo sus voces), qué debe suceder para llegar a ello…

Además, si luego termina no encajando, siempre puedes reescribirla o corregirla.

Dime, ¿qué planificas tú?

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