vintage artistic workspace with roses and sketches

Escribir o no escribir, esa es la cuestión.

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Te escribo estas líneas a las siete cero nueve de la mañana, porque por azares del destino me he levantado antes, estoy sola en casa y como no aproveche este tiempo con las entradas del blog, de ninguna manera llego a lo propuesto de escribir una diaria a lo largo de todo el mes. Pero no es lo que suelo hacer, no me suelo levantar temprano para escribir.

Me gusta madrugar como concepto, pero a la hora de llevarlo a la práctica me cuesta, para qué nos vamos a engañar. Me gusta ir a otro país y levantarme temprano cuando el resto de turistas aún ni lo piensan para aprovechar el día y, como solo hay paisanos por la ciudad, sentirme una de ellos. Pero levantarme a escribir, a menos que sea en días contados como hoy, me resulta más complicado.

La cuestión es que los escritores somos personas creativas. No sé tú, pero yo necesito estímulos con frecuencia, sobre todo para poder escribir. Si no leo, es muy poco probable que yo pueda escribir algo con sentido, que tenga siquiera las fuerzas para hacerlo.

Entonces llega el tan ansiado fin de semana, por fin tengo tiempo, y la pregunta que se abre ante mí es: ¿escribir o no escribir?

Esa es la cuestión.

young troubled woman using laptop at home
Photo by Andrea Piacquadio on Pexels.com

Escribir, leer, dibujar, cocinar, ver la tele, jugar videojuegos, tejer, moldear arcilla, bailar, cantar, pasear, hacer deporte…

Hay tantas opciones frente a nosotros que se nos hace difícil decidir a qué vamos a dedicar nuestro tiempo, nuestras horas. ¿A escribir? Sin duda es nuestra prioridad.

Pero te voy a decir una cosa: si te estás tomando la escritura tan en serio como para escribir un ratito todos los días, como para plantearte dejar el ocio a un lado para escribir (y no me cabe duda de lo mucho que disfrutas escribiendo, como yo), es que a lo mejor ya estás a un nivel profesional. Y si eres profesional, se ha convertido en un trabajo, o uno de ellos.

Y si es un trabajo, necesitas descansar.

No te sientas mal por ver ese capítulo de esa serie, por pasar toda la tarde decorando tu isla del Animal Crossing, por leerte de una vez ese libro que tienes a medias desde hace un mes por priorizar siempre la escritura.

No te sientas mal, porque tampoco vas a trabajar todos los días.

Cuídate.

Y eso es todo.

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