Free red chilli pepper close

El «spicy» y los libros.

|

Ay… madre mía. Allá voy: estoy cansada del «spicy» en los libros.

Todo empezó con hombres alados.

Lo cierto es que nunca he sido muy fan del spice en los libros. Y digo spice para que nos entendamos todas, aunque podría decir «escenas picantes». No lo digo para desquitarme ni para intentar darme una unicidad que no tengo, simplemente porque es verdad. Las escenas de sexo explícito no me aportan nada al libro y si le aportan algo al personaje entonces no suelen ser libros que me interesen. Porque yo soy así, entiendo que mi caso no es el único y que los libros no tienen que ser de mi agrado exclusivo.

Sin embargo, sí lo siento forzado desde hace años.

Ahora, al menos, noto que no soy la única que lo piensa.

En algún momento se descubrió que los libros vendían más cuando había contenido explícito y de repente pasó a estar en todas partes. Incluso se tuvo que inventar el término romantasy para poder abarcar estas escenas en los mundos de fantasía. Y lo siento (en realidad no) pero no me creo que dos personajes se pongan a hacer determinadas cosas cuando el mundo a su alrededor se está desmoronando. Hay libros en los que solo hay una escena de ese tipo y se nota demasiado que es para poder ponerle la etiqueta en un momento dado y ya.

Free red chilli pepper close

Libro spicy y libro con spicy.

Y, ojo, que aquí tenemos dos tipos de libros diferentes: ahora se llama spicy a lo que siempre ha sido literatura erótica. Todo bien, siempre ha existido y me parece genial que se entremezcle con otros géneros como la fantasía o la ciencia ficción. Mi problema es que me encuentro con esas escenas en libros que no me espero. A veces es una, a veces son varias. Nunca me aportan gran cosa. Y no sé bien cómo explicarlo, pero a veces me siento un poco engañada, como si me encontrase un ipad en una novela histórica.

Además me encantaría mencionar además que el hecho de poner una portada ilustrada cute es una manera de engañar y de disfrazar, precisamente, ese spicy que tanto se espera. El problema es que alguien lo hizo mucho mejor de lo que yo podré expresar, creo recordar que por Twitter, y no encuentro el hilo como tal. Si en algún momento lo encuentro, editaré esta entrada.

Sobre gustos no hay nada escrito.

Que cada escritor escriba lo que quiera, eso por descontado. Es, en parte, el motivo por el que no doy referencias de títulos en esta entrada, aunque si lees mis reseñas en Goodreads, lo suelo decir. Pero cuando de repente vemos un pedazo de una fórmula que funciona en muchos libros cabe plantearse qué porcentaje de autores lo está haciendo realmente porque quiere y no porque vende o porque se lo exigen desde puestos superiores de su editorial.

Yo, por lo menos, me lo planteo.

La saturación de novelas de este tipo nos está llevando al otro extremo como un vaivén. No obstante, creo que no es uno tan acentuado como del previo al que se venía, de mujeres puras e intactas a las que los hombres le enseñaban todo en ese aspecto. ¿Estamos en un punto intermedio? Creo que todavía es pronto para saberlo.

Luego hay otro melón que abrir sobre este término, pero también lo han dicho mejor en el podcast de Meikabuk: «La etiqueta «spice» es machista».

Estas son mis novelas

Un retelling de La Bella Durmiente
Trilogía Witchypop: una fantasía urbana con brujas ambientada en España

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *